Otros virus letales!
Convivimos con fabricantes, vendedores y portadores de armas de fuego con las que se asesinan millones de personas y animales en el mundo, pero nos espanta un murciélago al que ni siquiera se le ha comprobado nada… ¿Si que somos bien extraños no?
Durante mi corto periodo de inocencia, una prima cuando veía comerme una mandarina intentaba espantarme apuntando que a esa fruta “le faltaba un grado para ser veneno”. La púber rebeldía llevó a consultarme empíricamente si el grado era sobre 5 no sería tan peligroso como si fuera sobre 100; probablemente esa experiencia produjo un fanático de las estadísticas y es complicado digerir toda cifra que llega sin antes meterla mínimamente al Excel mental.
El suceso con el Covid-19 ha “consolidado” a muchos de estadistas, calculamos proyecciones y evaluamos probabilidades con relación a la infección y a las finanzas tanto personales como del país y del mundo, en una de esas viene a la cabeza comparar la tasa de mortalidad en nuestro país antes de la llegada del avión con el bicho para saber cuánto será su inferencia letal:
En el año 2018* fallecieron por múltiples causas 236.932 personas en Colombia, lo que en estadística simple da una tasa diaria de 649 individuos fallecidos por día que corresponde a un porcentaje anual de 0,49% de muertes sobre los 48.258.494 habitantes que según el censo 2018 tiene Colombia y probablemente para casi todos es desconocido que por enfermedades relacionadas con vías respiratorias murieron 66 personas al día (24.167 al año) y que fueron asesinadas 12.795 personas, ósea unas 36 personas por día, cifra que disminuyó para 2019 que cerró en 11.630 .
Cruzando cifras de lo que está pasando en otros países y como se viene dando el fenómeno en Colombia, siendo muy positivos el 2020 deberá registrar unas 5.000 muertes a causa del covid-19 y en esa cifra estarán o estaremos muchos fallecimientos en su mayoría además, inducidos por el virus combinado con previas enfermedades respiratorias, ósea individuos para los que cualquier otra bacteria podría llegar a ser mortal.
Por otro lado, al mes de marzo, como efecto colateral de las medidas que incluyen cuarentena semi obligada, las cifras de homicidios caen en un 70% respecto a 2019, tendencia que si se mantuviera en el país nos dejaría cerrar el año con unos 3.500 homicidios (en relación a los 11.630 de 2019) lo que me lleva a concluir que la pandemia en países latinoamericanos como Colombia no es más peligrosa que la también pandemia social causada por las agresiones que termina en homicidios. Sumando otra pandemia declarada por la OMS que son los accidentes de tránsito terrestres que nos dejaron en el 2018 más de 7.000 víctimas directas y que de acuerdo con datos que llegan anda en un 80% de disminución tendremos un ahorro en vidas inmenso a causa de la crisis.. Obviamente, cuando nos volvamos a juntar todos en la calle la tendencia no será una constante. La pregunta es: ¿Entonces por qué no tomamos medidas extremas para evitar matarnos y si las podemos tomar y acatar para cuidarnos de un virus?
Sería imprudente comparar mi fría conclusión con la realidad actual, el temor al riesgo latente de morir involucra una cantidad de medidas que tomamos para protegernos ahora y en el transcurso de nuestras vidas. Las actuales medidas extremas también producen afectaciones en la economía que desequilibran entre otros la estabilidad alimenticia que podría verse reflejada en violencia y posteriormente en desequilibrios que afectarán la salud de generaciones enteras.
Sin embargo, resulta contradictorio que ni nosotros como sociedad o como estado tomemos medidas extremas para evitar las muertes por homicidio y accidentes de tránsito, o que ni siquiera la justicia tenga claridad en la protección o confinamiento de ese riesgo representando en individuos agresivos de esos que uno ve por ahí en la calle y sabe que nos puede pegar el virus letal del homicidio en cualquier momento con un arma o hasta con su vehículo. Convivimos con fabricantes, vendedores y portadores de armas de fuego con las que se asesinan millones de personas y animales en el mundo, pero nos espanta un murciélago al que ni siquiera se le ha comprobado nada… ¿Si que somos bien extraños no?
No concluyo que este virus que llegó a Colombia en barcos y aviones, cuya capacidad de infección exponencial nos tiene en vilo y guardados en casa no sea un riesgo que merece todas las medidas que estamos tomando, pero mi estadista conceptual básica no me aleja de preguntar por qué países como Brasil con 64.000 , México con 32.000, Venezuela con 18.000 y Colombia con más de 12 mil asesinatos en un año no hayan probado medidas ni parecidas a las que ahora POR FORTUNA están tomando contra el covid-19
* Utilizo estadísticas vitales de 2018 porque aun no están consolidadas por el DANE las de 2019.